Hoy,
dejo un beso suspendido
en las violetas de tu alma,
avecilla que te cantará
en primaveras.
Los sueños escondidos
despertarán con tu mirada,
la caricia tibia que se desvaneció en enero.
Te amo
y mi luna se hace inmensa
en tu sonrisa inocente,
en la pasión de tus manos,
en el instante
de la danza de los cuerpos.
Amo tus ojos
cuando son lluvias,
cuando son arcoiris.
Permíteme cielo,
que mi alondra viva en tu anatomía
y te dedique la sinfonía de mis versos.